El primer impacto es lo que cuenta en un email
el 28 de agosto de 2014
el 28/08/2014
El primer impacto en un email marca todas las acciones que vienen detrás. Lo primero con lo que se encuentra alguien que recibe un email es una línea en la que aparecen los datos de quién realiza el envío y qué quiere contarnos. Así de sencillo… y de complicado a la vez porque si no logramos enganchar al lector con la creatividad que pongamos en estos espacios las puertas de la conversión se mantendrán, inevitablemente, cerradas para nuestras comunicaciones.
Por eso no tiene sentido poner especial cuidado en la captación y en la construcción de una base de prospectos amplia, variada y que pueda estar interesada en nuestros productos o servicios si, después, no cuidamos los básicos en el envío de nuestros mensajes.
ÍNDICE DE CONTENIDOS
Quién envía el mensaje
Muchas veces se nos olvida uno de los factores más importantes: identificarnos. Es importante que quien recibe el email nos reconozca al instante. La confianza es clave y para ello es esencial que cuidemos la línea del «from» o «de» que es la que indica quién envía el mensaje. Según un estudio de DoubleClick, el 95,5% de los usuarios describen como spam los emails que reciben de desconocidos. De ahí la importancia de utilizar en este espacio una identificación clara como puede ser tu nombre, el nombre de tu marca o negocio o el dominio web.
Por otro lado, muy pocas veces se cuida la información de la dirección de correo desde la que se envia el mensaje, el «from address», un espacio en el que podemos utilizar algunos trucos que nos ayudarán a aumentar la confianza de nuestro suscriptor.
Aunque se puede indicar que el mensaje viene de una cuenta de correo que puede ni siquiera existir lo ideal es que se use un correo ya existente. Sin embargo, en este espacio debemos poner en marcha la creatividad. ¿No tiene más sentido utilizar una cuenta del tipo «tuultimaoportunidad@tudominio.es» en caso de enviar correos de ofertas de última hora que el habitual «ofertas@tudominio.es»? Cuanto más creativos y claros seamos mayores posibilidades tendremos de superar la barrera de la apertura. Y si hacemos comunicaciones habituales esta puede ser una gran forma de que nuestros usuarios identifiquen nuestro tono de comunicación al instante.
Si estás utilizando un programa de gestión de envíos de email como MDirector siempre tienes la opción de indicar tanto el remitente como la dirección que quieres que vea tu cliente en primer lugar, una ventaja con respecto a otras maneras de realizar envíos de campañas de email marketing.
De qué queremos hablar
Es curioso que poco más de una decena de caracteres tengan tanta importancia pero lo cierto es que la línea del asunto es la gran baza que tienes para ganarte la posibilidad de que tu mensaje completo llegue a su destinatario. Si el asunto no engancha de inmediato, el mensaje terminará, con total seguridad, en la basura o, lo que es peor aún, en la bandeja de entrada sin leerse de por vida.
No existe la fórmula mágica que nos ofrezca la mejor línea de asunto. Sin embargo, hay unas características que se deben seguir para lograrlo, partiendo del hecho de que el asunto es como el titular de una noticia y tiene su misma importancia. Una buena línea de asunto debe tener en cuenta los siguientes aspectos:
- Lo más importante debe ir siempre al principio. Los primeros 30 caracteres son fundamentales. Concentra tu mensaje principal en ellos. Identifica claramente qué podemos encontrarnos si abrimos el email.
- Por la lógica del consejo anterior, un asunto debe ser claro y breve. La longitud óptima de una línea de asunto no debería ser superior a 50 caracteres, incluidos los espacios. Algunos ISP (Proveedores de Internet) los filtran en base a un límite de longitud de 35 caracteres por lo que el asunto de tu email debe tener entre 20 y 50 caracteres máximo.
- Es fácil caer en la tentación de usar algunas «palabras mágicas» pero lo cierto es que escribir términos como ‘gratis’, ‘100%’, ‘promoción’, ‘oferta’, ‘regalo’, ‘compra ahora’, ‘haz clic’, ‘garantizado’, ‘oportunidad’, ‘importante’,… es la manera más sencilla de acabar en la carpeta de spam.
- Un recurso muy utilizado y válido es formular una pregunta en la línea del asunto. Y lo mejor es hacer una pregunta que sepamos que a los lectores le gustaría saber la respuesta o, mejor aún, que van a responder afirmativamente. En este caso, sí podemos colocar el signo de interrogación. Pero no debemos caer en la trampa de los signos y caracteres de exclamación, puntos u otro tipo de signos ($, %, @, &, *), ya que son también candidatos a caer en las redes de los filtros anti-spam.
- Si eres capaz de convertir el asunto en una llamada a la acción tendrás ganada una gran parte de la atención del destinatario, el primer paso hacia la ansiada conversión.
- Escribe el asunto para una persona. Está claro que buscamos que nuestros mensajes lleguen a la mayor parte de posibles usuarios posible pero no debemos olvidar que un email siempre es leído por una única persona. La línea del asunto debe estar diseñada como si la fuera a recibir una única persona y, por tanto, el mensaje debe adaptarse a esta circunstancia.
Al final, la clave es ponerse en los zapatos de las personas a las que estamos tratando de impactar. Si les decimos claramente quién somos, desde dónde envíamos el mensaje y, sobretodo, para qué queremos que nos muestren atención, es probable que, al menos, se planteen pulsar sobre el email para seguir leyendo.