La importancia de la reputación para reducir la tasa de rebote en una campaña de Email Marketing
Una de las variables que más importancia tienen en una campaña de Email Marketing es el porcentaje de emails que no llegan al destinatario. Es lo que se conoce como tasa de rebote (bounce rate), es decir, el porcentaje de emails que no han llegado a su destino respecto al total de emails enviados en una campaña concreta. Algunos estudios de las principales plataformas de Email Marketing demuestran que la tasa de rebote ronda habitualmente un 20%, una cifra lo suficientemente alta como para analizar sus causas y posibles consecuencias. Para empezar, existen dos tipos básicos de rebotes:
- Rebote blando (Soft bounce), que nos indica que el email no ha sido entregado a su destinatario por un problema puntual que es probable que pueda ser solucionado a posteriori. Algunos de los ejemplos que provocan un rebote blando son que el buzón de correo del destinatario estaba lleno o que su servidor no estaba disponible en el momento en el que se ha realizado el envío.
- Rebote duro (Hard Bounce), que nos indica que dichos correos electrónicos no se van a poder entregar nunca. Las causas suelen ser que la dirección de email es incorrecta o no existe o que el propio servidor ha desaparecido. Evidentemente, los correos electrónicos que nos aparecen en los informes de rebotes duros deben ser analizados para ser corregidos o, lo más habitual, eliminados de la base de datos.
Además, hay que incluir en la tasa de rebote el bloqueo de los filtros antispam que está íntimamente relacionado con la reputación, que es el histórico que queda en Internet ligado a las acciones realizadas por un dominio concreto. Un 77% de los problemas de entregabilidad de los emails están relacionados con la reputación del remitente del correo electrónico que depende, fundamentalmente, del dominio de envío y las direcciones IP’s utilizadas.
Por lo tanto, evitar una tasa de rebote alta no depende simplemente de disponer de una base de datos bien depurada sino que también influye que el formato del email, la reputación del destinatario y la dirección IP desde la cual se envía sean los adecuados.
Sin embargo, tampoco hay que olvidar el propio contenido del email, etiquetas HTML utilizadas o asuntos sospechosos, todas ellas acciones que pueden no superar el sistema de filtrado de los Proveedores de Servicios de Internet (ISP), cada vez más sofisticado y duro para intentar reducir la ingente cantidad de correos electrónicos fraudulentos, spam y prácticas de phishing (robo de identidad personal) con las que nos encontramos a diario.
Si estás interesado en obtener más información sobre la importancia de la fiabilidad y reputación de la infraestructura de envío puedes descargarte el whitepaper «¿Tengo un problema de reputación en Email Marketing?«, escrito por Joshua Novick, Consejero Delegado de Antevenio. En él podrás entender los motivos por los que ISPs, webmails y empresas filtran los emails en función de su reputación, cómo consultar las listas negras (SpamCop, SpamHaus…) y consejos para salir de ellas así como identificar las claves para saber la reputación de tu dominio e IP.